martes, 9 de septiembre de 2008

La música como expresión cultural

Por Wilson Inoa
Conceptos de música
Para los estudiosos de las artes, la idea moderna de la música puede reunirse en la definición que da el Diccionario Rordom House como: arte del sonido en el tiempo que expresa ideas y emociones en formas significativas a través de los elementos de ritmo, melodía, armonía y color.
La presentación de claridad que se transparenta en esta concepción de la música, queda oscurecido cuando se intenta enfocar históricamente el papel de este determinado, o evaluar sus cambios y formas concretas de correspondencia con las tendencias culturales presentes en una sociedad dada.
La función social histórica de la música
Resulta evidente que la música, amen de ser una expresión cultural desempeña una función social. Tratándose de las naciones, históricamente ha podido comprobarse que la música es uno de los elementos esenciales de identificación con lo nacional, forjando lazos afectivos y sentimientos de integración cultural.
Esta función identificadora en lo espiritual o integradora en lo emocional hace que la música, especialmente la folklórica, sea un ámbito preeminente para evidenciar las identidades nacionales, a través de la cosmología musical (ritmo, interpretación, ejecución, baile, etc.) los códigos y el simbolismo de la música revelan lo autóctono, lo nacional, lo propio. En ello se muestra el espíritu de los pueblos. De ese modo, la música hace una contribución insustituible a la definición de la idiosincrasia de las naciones.
Incluso, en la época moderna los estudiosos sociales sobre el folklore y la música popular nacen históricamente con el sentimiento nacional. La necesidad de justicia la nacionalidad condujo la mirada hacia las tendencias de todos tipos religiosos y seculares, como forma de sustentar las luchas independentistas en la diferenciación cultural entre los pueblos, particularmente en la Europa del romanticismo.
La entronización de una identidad cultural como parte de la identidad nacional resulto de un proceso harto complejo, contradictorio y largo que aunque partió del hecho independentista, no la constituye el elemento musical que durante el siglo XX ha devenido en el principal símbolo de la identidad cultural dominicana, el merengue este, amen de tener poca incidencia para 1844, fue repudiado por las elites dominantes de la sociedad de entonces cuando hizo su la aparición publica, una década después de esa fecha. Siete decenios después de consumado el hecho separatista, todavía el merengue tenia que refugiarse en otros ritmos, puesto que los grupos hemogenericos seguían reproduciéndolo. (La pasión danzaria, Darío Tejeda).
La música de los tainos
Se ha generalizado el punto de sita de que, la naturaleza de as relacione entre los conquistadores españoles y los aborígenes de La Española, como las condiciones en que se cumplió el juzgamiento y exterminio de estos, fruto la conservación de las manifestaciones musicales aborígenes y la fusión de los elementos musicales de ambas razas. Sin embargo, trabajos acerca de la cultura taina (extraída por La Española, Puerto Rico, casi toda Cuba, Jamaica, el Archipiélago de Las Bahamas y otros territorios alrededor de las grandes Antillas, al momento del Descubrimiento) advierten con particular insistencia acerca de que su flujo en la actualidad actual de los pueblos antillanos se ha considerado. Por estas, como han señalado algunos autores, nop puede descartarse que nuevos estudios-históricos etnográficos contribuyan a revelar facetas aun desconocidas del legado musical de los pobladores originales de la isla. La música de los aborígenes se conoce a través de las relaciones de los cronistas y conquistadores del Nuevo Mundo: Las Casas, Mártir de Anglería, Fernández de Oviedo y Pané, son las fuentes que se toman como referencia primaria. Les siguen, los trabajos históricos de López de Gomara, Antonio de Herrera, Benzoni y Charlevoix. En todos, se describen los cantares-bailes de los tainos, pero no se encuentran rítmica, melódica o sistema escalístico.
Los erectos estaban integrados a la religión a la vida social y económica del pueblo taino, como hemos dicho, y se correspondían con las condiciones en que se efectuaba la producción y reproducción de su vida material. A partir de estos presupuestos podemos comprender su desaparición y la razón por la cual no resuena sus ecos en la música de la colonia (La música dominicana siglos XIX-XX Bernarda Jorge).
El Ritmo
El termino ritmo designa en general todo movimiento mediante en unidades de tiempo que se produce por el retorno regular de contrastes.
Como se ha expresado, en tanto que la pintura, la escultura y la arquitectura como artes plásticas o estáticas que son , perduran en el tiempo, la danza , la música, la poesía, la oratoria-artes dinámicas-están sujetas en sus manifestaciones al transcurso del tiempo.
La rítmica nos enseña la medida y división del tiempo que entra en consideración para la ejecución de trozos musicales o como patrón en el desarrollo de la danza, composición coreográfica o en la realización de ejercicios.
Cuando se establece un ritmo, oímos una división en pequeñísimos fragmentos o duraciones de tiempo en forma sucesiva.
Esas duraciones de tiempo se representan en la música por medio de los valores de las figuras musicales (notas, silencios). Las figuras musicales se agrupan en forma breves de unidades rítmicas o motivos, al igual que las letras se agrupan en silabas en palabras y estos en frases, elementos comunes y de las influencias reciprocas entre la s distintas músicas populares. Ello, naturalmente, sobre la base de comparaciones entre las colecciones de los valiosos pueblos afines.
El folklore musical comparado
Llamamos folklore musical comparado a aquella muy joven disciplina científica colocada entre la musicología y el folklore, ya que solo desde hacer pocos años practican con amplitud los estudios de la música popular. Es objetivo de esta disciplina establecen los tipos originarios de los respectivos cantos populares, además de los elementos comunes y de las influencias reciprocas entre las distintas músicas populares. Ello, naturalmente, sobre la base de comparaciones entre las colecciones de las varios pueblos afines o vecinos.


La influencia de la música campesina sobre la música culta moderna
Los comienzos del siglo XX señalan un viraje muy importante en la historia de la música moderna. Cuando el posromanticismo llego al limite externo de su desarrollo, y por tanto de sus excesos algunos compositores advirtieron que ya seria prácticamente imposible según en ese camino. Y, para escapar al callejón sin salidas de las experiencias del siglo XIX.
Este movimiento de oposición, que también fue de “renovación”, tomo impulso e incalculable apoyo en la música campesina, y especialmente en aquella “campesina en sentido estricto”. Porque la música campesina había permanecido prácticamente ignorada hasta entonces. ¿Cuál es la premisa indispensable para que la influencia de la música campesina pueda ejercitarse efectivamente? Es que el compositor conozca a la perfección la música popular de su país, tan exactamente como conoce su lengua. El conocimiento de la música campesina de sus respectivos países de los libros o de museos. Es decir, que hayan tenido contactos directos con la música campesina “viva”.
Nadie puede sufrir una influencia verdaderamente profunda de parte de la música campesina si no “experimenta” esta música en el lugar mismo, es decir en comunidad con los campesinos (Béla Bartók, escritos sobre música popular).
La música en el genero folklórico es preocupante de esta ciudad de Santiago, se podría decir que no solamente la perspectiva de los acordeonistas para ser mas especifico, los jóvenes que se integran en los grupos folklóricos, desde que tienen ciertos tiempos o dominios de diferentes ritmos se dedican a formar Conjuntos Típicos o forman parte de ellos. Esta situación la he comentado con William Alemán realmente nos preocupa esta situación, por las personas inquietas que serán sucesores para la continuidad de este genero musical folklórico, tenemos diferentes bailes que son acompañados por acordeonistas, están siendo escasos. Debemos establecer dinámicas para esto no desaparezca.
El caso de los percusionistas hay variedad de grupos: Tipi-palo, Héctor Turbí, Los Mellos de San Miguel, Los Tainos de Navarrete entre otros.
Los músicos del Ballet Folklórico del Centro de la Cultura de Santiago están realizando un buen trabajo Jorge Mora un joven que posee muchos conocimientos y Juan Gómez en la realización de su trabajo.
En el mismo renglón de percusión (músicos folkloristas) tenemos a Radhamés Aybar en su trayectoria también con muchos años dedicado a la música, actualmente esta impartiendo talleres de Iniciación a la música folklórica en diferentes sectores de esta ciudad por medio de la Dirección Provincial de Cultura de Santiago, Radhamés es un trabajador incansable colaborador de los diferentes grupos folklóricos que tenemos en Santiago. Aybar tiene una visión clara como ente cultural preocupado por las costumbres y ancestros del folklore dominicano, fue director musical en la existencia del Ballet Folklórico Bohío en un periodo de más de dos décadas.
Rafael Almanzar folklorista incansable trabajador del folklore e investigador, siente y ejecuta pasión por la música.
William Alemán folklorista dedicado por muchos años en el arte fue director del Ballet Folklórico del Centro de la Cultura de Santiago, en su trayectoria como embajador de la cultura dominicana promovió el Ballet por varios pasases convirtiéndolo en un Ballet Folklórico Internacional durante su estancia en la Dirección presento diferentes espectáculos que fueron merecedores de reconocimientos a nivel nacional e internacional: La Presencia Negra, Raíces, Domini-Danza entre otros. Ha realizados trabajos de proyección de grupos musicales de palos y salves, además sus aportes en la columna de viernes de folklore en esta editora.

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