jueves, 4 de diciembre de 2008

cultura dominicana

Por Wilson Inoa

Toda colectividad humana se sitúa, forzosamente en un triangulo, cuyos vértices son: Individuo, Sociedad, Cultura. El individuo al agruparse, forma la sociedad, y en ella se acomoda y crea sus esencias lo que todo conglomerado humano, desde las ignaras agrupaciones triviales hasta los pueblos mas avanzados, tienen su propio estilo de vida.

El descubrimiento del nuevo mundo o encuentro de culturas ocurre de grandes cambios políticos, económicos, sociales y religiosos, al final de la Edad Media y al comienzo de los tiempos modernos.

Las culturas indígenas sufrieron un colapso, en unos lugares más, en otros menos. Ha prevalecido y aun prevalece casi intacto en algunas regiones continentales, y como en el caso nuestro, dentro de un sincretismo cultural que también participo de los aportes de las culturas africanas. Un idioma y un sistema de pensamiento llegan, se asimilan y readaptan durante ese proceso.

El sincretismo cultural es una realidad aquí y en todas partes y todo dependerá del área que ocupe nuestra atención. En la religiosidad popular, en la música folklórica, en nuestras comidas, en mayor menor medida están representadas las tres raíces culturales.

Los Taínos mostraron una gran especialización en cuanto a la obtención de alimentos, a la capacidad de seleccionar materias primas y a la confección de artesanía, cuotas condiciones de profusión, variedad y calidad fueron dócilmente enmarcadas por los de más grupos étnicos enmarcados dentro del contexto indígena cultural del área del caribe así como el área amazónica de selva tropical (El arte en la sociedad taina, Manuel Antonio García Arévalo).

La rápida desintegración de los valores estructurales de la cultura taina tras el impacto civilización europea, no permitió que los elementos artísticos y decorativos de las producciones tainas subsistieran dentro de los nuevos estamentos de la sociedad criolla que se gesta tras el periodo colonizador. Solo el aspecto utilitario de las artesanías, por su funcional adaptación a nuestro medio ecológico ha traspasado las fronteras del tiempo teniendo aun vigencia en muchas de las manifestaciones costumbristas y folklóricas nacionales. No obstante el arte dominicano contemporáneo posee una cantera inagotable de inspiración y reflexión en los ejemplos arqueológicos de nuestras culturas primitivas.

Hemos logrado estructurar una cultura con perfiles muy nuestros. No importa que muchas de sus manifestaciones nos hayan llegado de Europa, la gran proveedora, todas las culturas se han nutrido de fecundas herencias, incluyendo la Africana que también tiene sus aportes en nuestra cultura.

Si en las raíces de nuestra cultura hay ninguna raicilla que se pueda decir proveniente de nuestros aborígenes, desde el punto de vista de savia enriquecedora. En cambio, desde los primeros días de la colonia hay una inusitada actividad cultural que se manifiesta, principalmente, en la literatura y en el orden arquitectónico. Es la cultura española que floreció en Europa.

Pese a las inmunerables investigaciones realizadas, en las que se han destacados sabios de la talla de Pedro Henríquez Ureña y Emilio Rodríguez Demorizi, las noticias nos llegan de la esplendida vida colonial de la Española, son muy fragmentadas. El fuego devoro gran parte del material bibliográfico, y el que no, fue vil despojo de la rapiña de piratas y filibusteros. De todas maneras, es cosa sabida que santo Domingo, capital de la Isla, fue un tiempo llamado Atenas Del Nuevo Mundo. “frase muy del gusto del español del Renacimiento-dice Henríquez Ureña-pero qué extraño concepción del ideal ateniense!: una atena militar, en parte conventual”. Empero, había palpitar de vida activa y de entrañable valoración de conceptos eternos, en sus universidades, las primeras de América, sus conventos, su breve atuendo virreinal y su Real Audiencia. Durante los quince años que siguieron al Descubrimiento de América, Santo Domingo fue la única ciudad europea del Nuevo Mundo, e en algunos aspectos trataba de pasarse con las mejores de España. En 1502 tenia conventos de recia arquitectura roqueña, y las primeras escuelas que impartieron enseñanza europea en las tierras vírgenes del Nuevo Continente, la pintura arquitectura secular con las primeras bóvedas y arcos se elevaron, también en la llamada “cuna del Nuevo Mundo”. Las española fue la primera tierra de América que se estremeció con la liturgia cristiana (1493) y la primera, también, que tuvo sus cedes episcopados (1504) y la primera que tuvo Real Audiencia (1511) y la primera que obtuvo el privilegio de erigir universidades: la de Santo Tomas de Aquino (1538) y la de Santiago de la Paz (1540), trece y once años, respectivamente antes que Perú y México. (Historia de la Cultura Dominicana, Mariano Lebrón Sabañón).

Para comprender someramente la influencia negra, cierta, su desarrollo eficaz a través de la compleja cultura latinoamericana, es necesario conocer que culturas Fol. Predominantes trajo cada pueblo africano a la América, cómo se fundieron entre sí en los lugares donde se encontraron, el resultado de esa mezcla Fol. Y su inserción posterior en el ámbito cultural donde existieron.

Los esclavos negros es la América, obligados a convivir en comunidades rurales, se obligaban a su vez a convivir con sus naturales culturas africanas, lengua, religión, bailes, cantos, y con la impuesta cultura del esclavista: lo que resulto de ellas, en sus aspectos orales, y en su posterior influencia en las escrituras de los “cultos”, blancos, mestizos y aun los posteriores negros “cultos”. La transculturación de las formas africanas primigenias en la América se conoce en algunos aspectos parciales.

La clase dominante ha venido configurando, a través de una ideología de negación hacia los elementos culturales de origen africano, toda un identidad distorsionada del homus cultural dominicano, de espaldas a su pasado histórico, es decir su ser cultural real, y configurado lo que nosotros llamamos un ser cultural producto de la manipulación, la distorsión histórica y el poder político, social y económico. (La presencia negra en Santo Domingo tercera edición, Carlos Andujar).

El maestro Fradique Lizardo destaca el aporte de los africanos en la cultura dominicana tanto en los bailes, música, religión entre otras actividades de la cotidianidad de los dominicanos, heredados de los africanos.

En estos temas de la cultura dominicana también debo incluir el trabajo del Sociólogo y Antropólogo Carlos Andujar en su mas reciente ensayo “Por el Sendero de la Palabra” Notas sobre la dominicanidad, nuevos enfoques sobre temas que mayormente ha trabajado. Andujar defiende, de manera abierta y sin prejuicio, el derecho en el dominicano de empezar a verse a si mismo por lo que es.

Creemos que hoy más que nunca se hace necesario ser nacional, ya que estamos viviendo en una época de crisis, de deterioro y disolución de los valores patrios.

Las causas que originan las crisis radican en factores externos prácticamente incontrolables, con son la inmigración y la emigración que conspiran nuestras costumbres, símbolos y tradiciones, que de no fortalecerlos, terminaría en el naufragio de la nación entera.

La historia de un pueblo no es solo aquella laureada por el triunfalismo. Es todo el proceso de lucha, de dolor, de trabajo creativo, de vivencia, encaminados a existir en un espacio limitado y en el tiempo indefinido.

Me ciento agradecido de los folkloristas y profesionales, quienes han encontrado interesante estos trabajos en aporte de la cultura dominicana entre ellos la destacada bailarina Rosa Rosario, Toni Liviano Director del Ballet folklórico del Centro de la Cultura de Santiago, Aquilino Paulino (Pioni) Director del grupo folklórico Cibao, al escritor Andrés Acevedo con sus palabras de motivación y facilitarme material didáctico como apoyo a mi trabajo, al licenciado Pavel Corniel por su empatía con estos escritos y las sugerencias de mejoramiento en este trabajo, agradecimiento especial a los lectores.

Inoa.culturadominicana@gmail.com

No hay comentarios: